Los operarios les arrancan el pelo hasta dejarlos en carne viva, luego, a los tres meses les vuelve a crecer y la tortura comienza de nuevo. Las heridas para ese entonces ya han cicatrizado, pero retornan con la nueva etapa de extracción.
La asociación que lucha por los derechos de los animales PETA publicó el video en YouTube y ya ha causado conmoción en las redes sociales.
PETA llama a las personas del mundo a no consumir productos con pelo de conejo de Angola para evitar que esta producción de tortura continúe.
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