sábado, 11 de enero de 2014

El padre de Agustín Irustia, uno de los cuatro jóvenes que murió ayer en Villa Gesell cuando un rayo cayó sobre el balneario Afrika, se expresó con enorme dolor ante la tragedia que se llevó a su hijo.

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“No tengo más vida. Murió mi hijo de 17 años en mis brazos. ¿Qué más? Después de eso no existe más nada”, dijo. Y explicó, entre lágrimas, la situación ocurrida ayer: “Era un día de playa, que estábamos lo más bien, disfrutando. Estábamos toda la familia en la casa. No había relámpagos, no había truenos no había nada. Estaba lloviendo y nublado y nada más. Nos metimos en las carpas y a los cinco minutos sentimos una explosión y terminé con el cuerpo de mi hijo tirado. El más chico igual, mi sobrina lo mismo, que falleció con 16 años”.
“Nos tiró dos metros más o menos. Sentí que me quemaba. Como pude me levante, gateando para socorrer a mi hijo más chico. Una vez que logré que él respirara fui a buscar al más grande. Le hicimos masajes cardíacos, todo lo posible, pero murió ahí delante nuestro. No pudimos salvarlo”, agregó.

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